jueves, 31 de mayo de 2012

Analaya: El juego de rol


¡¡Muy buenas a todos!! En esta entrada vamos a presentaros y daros algunas nociones básicas sobre un juego de rol de mesa llamado Analaya: La tormenta de Arena del cual, nuestro colaborador Jesús, hará una partida el domingo 3 de Junio en horario de tarde y para cuatro jugadores. ¡¡Esperamos que os guste y os apuntéis!!


...Aquí, en el Gran Desierto sobre la Meseta se la conoce como Analaya. Su espíritu dio vida al mundo, y el mundo crió a los hijos de su espíritu. En los días del albor, como me contaba mi abuelo que su abuelo aprendió de un viajero de las ciudades elentai, vivieron hombres que todo controlaban. Los cinco elementos eran materia prima en sus manos: artesanos de todo aquello que su imaginación llegase a concebir... Aquellos días se perdieron, La Tormenta de Arena del Tiempo lo quiso así. Dicen, que debieron agraviar a alguno de los espíritus mayores...


Nosotros en este desierto hemos aprendido mucho de Analaya, y a mis hermanos de la familia, hijos del mismo agaladee, les muestro el camino de la rectitud. Para que su camino no los lleve fuera de los brazos de agaladee ni tampoco fuera de los brazos de la Tormenta de Arena. Para que crezcan y envejezcan como orgullosos hijos de la familia, orgullosos hijos de Analaya.

Analaya: Tormenta de Arena es un juego publicado en 1993 por Eds. Larishiot. Aunque no tuvo mucha salida más allá de sus primeros años (quizás por una serie de problemas en torno al rol y desafortunados hechos a principio de década). A pesar de ello es uno de los primeros juegos de cantera española. Con grandes novedades como su sistema de magia (similar a Ars Magica, aún sin ver la luz) y su etiqueta de juego “narrativo” donde la propia figura del máster podía quedar en segundo lugar e incluso no existir. Aunque, bueno, en estos días tan monopolizados por grandes juegos, las antiguas ideas de algunos de estos alumnos de la old school (por simples que nos puedan parecer) vienen con ése sabor añejo propio de un vino olvidado en una vieja bodega abandonada. El sistema de juego usa casi exclusivamente el d20 en una tabla a la que exprimen bastante bien. No se trata de la fórmula para convertir el plomo en oro, pero parece una manera fresca de dar otros usos a un d20 (tan gastado hoy día y que esconde grandes joyas como el mismísimo Fanding Suns).

La ambientación del juego es post-apocalíptica y nos presenta el mundo de Arcturus, en el que la pérdida de tecnología ha conseguido que sus habitantes vuelvan a épocas donde las tribus bárbaras y diversas civilizaciones en auge tratan de recuperar el esplendor perdido y convivan por lo que aún queda de fértil en la malhadada tierra.

Esta ambientación que plantean parece dejar intencionadamente bastante sin atar (al menos en el manual básico, ¿esperaban publicar más?) Se supone además una evolución en este planeta con una población dividida desde el albor de los tiempos y que forman etnias diferentes en función de las duras condiciones atmosféricas que han llegado a padecer. El planeta (para darle más cabos sueltos) está resurgiendo de sus cenizas como se ha mencionado; y todo está tiznado de ese ambiente post-apocalíptico, del que cada vez las nuevas civilizaciones se están liberando más. Unas desde una pobre edad del hierro, otras desde un paleolítico avanzado y las menos desde un estadio tecnológicamente superior a culturas primitivas. Se menciona a esa antigua tecnología ya perdida y por muchos malhadada y evitada, o al menos sus restos. Además de una tecnología emergente bastante llamativa, a la que llaman tecnología del viento, de la que gozan sólo unas pocas sociedades... Todo ello a simple vista levanta un atrezzo un poco pintoresco, pero que con los sucesivos rodajes se va asimilando muy cómodamente. Civilizaciones en alza, totémicas tribus aferradas a la tierra, ruinas de un pasado inconcebible por los sabios, magia y religión aderezando las culturas y criaturas poco comunes que buscan sobrevivir como uno más en el medio en que les rodea.

Esta vez el agaladee está mostrándose huraño con nosotros. Sus hijos no actúan como él espera de ellos. Su ser se quebrará si esto sigue así. De vosotros, hermanos de alma, espero que los nefastos vientos no desvíen vuestros espíritus. Fuisteis educados para permanecer altos e impertérritos como el tronco de la sema. Aguantad, sangre de agaladee, vuestras pisadas en la arena no serán borradas por la Tormenta. Vuestras pisadas podrían quedarse grabadas en los Cantos del Silencio del Gran Pico Rojo. Así me habló el sabio espíritu de Analaya. Así os hablo yo.

Ya veis...¡No os lo podéis perder! ¡Os esperamos en nuestro local!

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